Por Luichy Sánchez
Peralta
Entre el
montecristeño Osvaldo (Ozzie) Virgil,
primer dominicano en jugar y dirigir (10 juegos en 1984, sustituyendo al
suspendido titular Dick Williams) en el béisbol de las Grandes Ligas, mi padre
(Juan Sánchez Correa, fallecido) y mi familia se desarrolló una relación
afectiva que llega más allá de lo deportivo. Se trata de algo realmente
familiar y que me ha correspondido conservar y continuar hoy día.
Además, Virgil es el
único dominicano que ha sido manager en las actuales cuatro ligas
otoño-invernales que integran la Confederación de Béisbol Profesional del
Caribe. En la pelota dominicana, Virgil se hizo popular con el apodo “El
Orégano”.
El sábado 30 de Mayo
asistí a la inauguración del campeonato 2015 de la “Dominican Summer League”
(DSL), realizada en la academia de prospectos de los Vigilantes de Texas,
ubicada en Jubey, Boca Chica.
Como la edición de
este año de la DSL está dedicada a Virgil, allí tuve el gusto de saludarlo y
conversar un rato con él, como en otras ocasiones. Este ilustre caballero
cumplió recientemente 83 años de edad y todavía es instructor en la academia de
prospectos de los Mets de New York, desde hace una década.
La relación de mi
padre con don Osvaldo, como suelo decirle, empezó en el verano de 1955, cuando
en los preparativos del nacimiento de la Liga de Béisbol Profesional de la
República Dominicana (Lidom) lo contactó y firmó para Águilas Cibaeñas, ya que
era el presidente del club.
Sánchez Correa viajó
a Texas para ejecutar la firma, donde Virgil se encontraba jugando como
antesalista del equipo “Dallas Eagles” (Águilas de Dallas), sucursal doble-A de
los Gigantes de New York (hoy de San Francisco) en la Liga de Texas. Este fue
el primer contrato firmado por Virgil con equipo alguno del béisbol profesional
dominicano (este verano se cumplen 60 años).
Sin embargo, con
posterioridad a eso, los rojos Leones del Escogido formalizaron un acuerdo de
trabajo con los Gigantes, organización que otorgó los derechos de Virgil al
Escogido.
Me cuenta Virgil que
él le notificó a los Gigantes que ya había firmado con las Águilas Cibaeñas,
pero las presiones que él recibió de los Gigantes, originadas en las presiones
ejercidas por el Escogido, lo obligaron a desistir de reportarse al club
“mamerillo” (mamey y amarillo).
Debo recordar que en
esa época el Escogido contaba con personas de bastante influencia, muy
allegadas al régimen de la tiranía trujillista, lo que le facilitó disfrutar de
muchas “bondades” en los inicios de la Lidom.
Esta fue una
situación conflictiva que afectó a las Águilas, en vista de que habían
estructurado el equipo con “El Orégano” como una de sus principales piezas, en
lo que sería el primer campeonato otoño-invernal dominicano. Ese año (1955),
con el conjunto Dallas, Virgil bateó .295 en 614 turnos y 159 juegos, 53
extrabases (31 dobles, 5 triples y 17 jonrones), 86 anotadas y 79 impulsadas.
Hace mucho que yo
conocía esa historia y algunas cosas más, pero lo que ignoraba, y me parece una
historia inédita, era que directivos aguiluchos planificaron secuestrarlo para
que no pudiera reportarse al Escogido, según me reveló el mismo Virgil.
Resulta que en la
torre de control del entonces Aeropuerto General Andrews de Santo Domingo, por
donde llegaría Virgil desde los Estados Unidos para jugar con los Leones en el
campeonato 1955-56, laboraba un santiaguero con el que se habría acordado
desviar el avión hacia Santiago bajo el alegato de un mal tiempo.
No obstante, el plan
abortó, desconociendo Virgil el motivo. Tratándose de la época en que se vivía,
me parece fácil interpretar que eso era una aventura, algo temerario, aunque
también es entendible la impotencia y la injusticia que se sufrió en los
predios aguiluchos.
Ya retirado como
jugador activo, Virgil dirigió a las Águilas Cibaeñas en tres ocasiones
(campeonatos 1970-71, 1971-72 y 1980-81). En 1971-72, Virgil condujo a las
Águilas a su cuarto título de Campeones Nacionales (3° en siete torneos) y
primero de las Águilas con un dirigente dominicano. Con esa corona, las Águilas
representaron a la Lidom en la primera Serie del Caribe efectuada en la
República Dominicana y cuyo escenario fue el Estadio Quisqueya.
Curiosamente, cuatro
años después (1976), en la segunda Serie del Caribe realizada en territorio
dominicano, esta vez dividida entre los estadios Quisqueya y Cibao (tres fechas
en cada uno de ellos), Virgil asistió como manager campeón de la Liga
Venezolana (Tigres de Aragua) y las Águilas Cibaeñas volvieron a representar a
la Lidom.
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